4) Meditación con tu alma.

Acepta la calma dentro de ti mismo. Oírlo.

Relájate Respira profundamente.

 

Sumérgete en el silencio que te rodea.

Míralo, mira cómo toma posesión de tu cuerpo.

 

Penetra tus células, todas tus células. El les da paz.

Todo está tranquilo en ti, todo está relajado.

 

Esta calma que te invade circula en tus venas, en tu cuerpo.

Gradualmente libera sus energías dentro de ti y las ves extenderse por todo tu ser.

Ella le da libertad. Ella ahora puede descansar.

Mira cómo estas energías se apoderan de todo tu ser. Circulan en ti y te traen dulzura.

 

Iluminan las áreas grises, eliminan bloqueos, llevan toda esta negatividad al suelo por el chakra raíz.

Tu ser es relajado. Él prueba la calma en él.

Sentir este momento. Escucha.

 

Puedes tocarlo, acariciarlo. Él es la dulzura del ángel que está en ti.

El es amor, paz.

 

Así que quédate para saborear estos momentos.

No pienses en nada, escucha tu aliento.

 

Entonces puedes escuchar a tu corazón. Él te habla, te da su amor.

¿No lo sientes?

 

Él te inunda con su calor, irradia tu cuerpo.

Déjate llevar por este amor.

 

Da gracias a tu Alma por este momento puro, este momento de dulzura con tu Ser.

Escúchalo, te dirá sus palabras, te dará conocimiento.